La topografía condiciona el desarrollo urbanístico de Cáceres por encontrarse ésta elevada en un terreno desigual, entre la Sierra de la Mosca y la Sierrilla, sobre un suelo de cuarcitas endurecidas y abundancia de granitos.
Este terreno proporciona abundante material constructivo que los romanos utilizaron para levantar la muralla rectangular de 68.000 metros cuadrados y, siglos después, los nobles cacereños emplearon para edificar sus mansiones, empleando fundamentalmente el granito, la pizarra y la cuarcita. Esta última desempeñó un papel muy importante porque permite la filtración del agua y ello facilitó la construcción de pozos y cisternas en los edificios.
De la época romana se conservan restos de muralla en la base y una de sus puertas, el Arco del Cristo.
Con la llegada de los almohades Cáceres vuelve a resurgir. Levantan nuevamente la muralla, derruida durante los enfrentamientos con los pueblos bárbaros, construyéndola con adobe.
De los almohades nos es grato recordar que se conserva el aljibe, la construcción que usaban para recoger agua, actualmente ubicado en el sótano del Palacio de las Veletas, que curiosamente es hoy uno de los principales museos de la provincia.
A partir de 1229, tras la Reconquista de la ciudad por las tropas de Alfonso IX y la posterior repoblación con gente procedente del reino de León, Asturias y Galicia, que se harán con el poder de la tierra, se construyen las casas fuertes de la ciudad intramuros. Estos edificios perderán su aspecto defensivo una vez llegado el Renacimiento, época más segura y momento en el que se embellecerán y mostrarán un aspecto más palacial, con mayor apertura de vanos y patios.
Los dos distritos intramuros, surgidos en torno a las parroquias de Santa María y San Mateo, desarrollan un trazado urbano caracterizado por las calles sinuosas, estrechas, irregulares y, generalmente, con una fuerte pendiente, donde se erigen los diferentes palacios y casas nobles. Además, en el flanco oriental de la muralla, se encuentra la judería, que tras la expulsión en 1492 pasó a denominarse Barrio de San Antonio.
El crecimiento natural de la población produce una expansión de la villa fuera de las murallas. A partir del siglo XIV nace una nueva colación, la de Santiago, alrededor de la parroquia del mismo nombre, y se configura un barrio que enlazará con la muralla. Las colaciones eran agrupaciones de vecinos con entidad jurídica, asentadas en un área concreta del recinto urbano, unidos entre sí por intereses comunes sociales, religiosos y económicos. En torno a ellas se desarrollaba la vida pública y la representación.
En la colación de Santiago encontramos diferentes construcciones solariegas: palacio del Duque de Abrantes, palacio de Roco Godoy y una construcción pública, el Hospital de la Piedad, posteriormente convertido en el palacio de la Real Audiencia de la región y que hoy alberga la sede del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. Otra colación extramuros es la de San Juan Bautista.
El mayor crecimiento y expansión de la ciudad, junto con la creación de estas colaciones, provoca que la Plazuela de Santa María pierda interés como centro de la vida comercial y aparezca en escena, a partir del siglo XIV, un nuevo espacio más amplio y abierto, la Plaza Mayor, un gran rectángulo, algo irregular y con una suave pendiente, rodeado por casas cuyas plantas principales descansan sobre pórticos cubiertos con bóvedas de aristas, donde se ubicaban los diferentes gremios profesionales de Cáceres, así como las Casas Consistoriales. La Plaza era el lugar perfecto para celebrar las ferias, el mercado, las procesiones, etc.
Desde entonces, la Puerta Nueva – a partir del siglo XVIII, Arco de la Estrella- fue el punto de unión entre el recinto intramuros y la ciudad extramuros, convirtiéndose en la entrada principal de la muralla.
En los siglos XVIII y XIX se producen importantes reformas en algunos edificios privados de la ciudad, continuando ya en el XIX el crecimiento de Cáceres por un nuevo ensanche, desde la iglesia de San Juan hasta el futuro Paseo de Cánovas.
Cáceres fue declarada Monumento Nacional en 1949, Tercer Conjunto Monumental de Europa y Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986.
Pasear por Cáceres es todo un descubrimiento en sí mismo, pero la ciudad ofrece otras interesantes propuestas para conocer su historia de manera lúdica. Gracias a las visitas teatralizadas podrás conocer los misterios y leyendas de la ciudad. También se puede conocer la historia y los monumentos a través de las visitas que realizan los numerosos guías oficiales.
Patrimonio cultural
La «Ciudad Monumental de Cáceres» fue declarada por el Consejo de Europa como el Tercer Conjunto Monumental de Europa en 1968 (después de Praga y Tallin) y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986. Los principales monumentos religiosos del casco histórico son la Concatedral de Santa María, Iglesia de San Francisco Javier, Iglesia de San Mateo; Iglesia y Convento de Santo Domingo, Ermita de la Paz, Convento de San Pablo y Convento de Santa Clara.
De entre los palacios y casas nobles más representativos destacan: el Palacio Episcopal, Palacio de los Golfines de Abajo. Palacio de Carvajal, Palacio de las Veletas, Casa de los Solís o Casa del Sol, Palacio de los Golfines de Arriba, Palacio de la Isla, Palacio de Francisco de Godoy, Palacio de la Generala, Casa de los Ovando, Casa de los Becerra -sede de la Fundación Mercedes Calles y Carlos Ballestero-, Casa de Aldana y Casa del Mono, entre otras.
Entre las puertas y los arcos de entrada al casco histórico se encuentran Arco de la Estrella, que adoptó su actual forma a principios del siglo xviii y fue diseñado por Manuel de Lara Churriguera, el Arco del Cristo, Arco de Santa Ana y Puerta del Postigo, Portillo de la Plaza de las Piñuelas, Puerta de Mérida, Puerta de Pizarro y la Puerta de Coria.
En Cáceres, por orden de Isabel La Católica, fueron desmochadas todas la torres existentes en la ciudad menos la de los Cáceres-Ovando, también denominada Torre de las Cigüeñas, para reprimir la desobediencia de sus dueños (que apoyaron a Juana de Trastámara, apodada Juana la Beltraneja). Algunas de las principales torres defensivas son: Torre de Bujaco, Torre de los Púlpitos, Torre del Aire, Torre Albarrana, Torre del Aver, de la Ved o del Postigo, en la calle Postigo, del siglo XII; Torre de Carvajal, en el palacio del mismo nombre, Torre Cotaja o de los Aljibes, situada al final del lienzo de la muralla en su parte este; Torre del Horno, del siglo XII, Torre Ochavada, Torre de los Pozos, Torre Redonda, Torre del Rey, Torre de Sande, Torre de Santa Ana, Torre de la Yerba.
Otros lugares del casco histórico son:
Fiestas
La ciudad de Cáceres cuenta con varios Polígonos Industriales y una Parque Empresarial con naves disponibles de diferentes tamaños.
La ciudad ha apostado por generar un ecosistema emprendedor contando con el Centro del Conocimiento de Cáceres Aldealab, integrado por los edificios Embarcadero y Garaje 2.0, de propiedad municipal, en el que se albergan diferentes servicios públicos dirigidos al fomento de la cultura emprendedora e innovadora. En torno a este Centro se ha generado un ecosistema emprendedor conectado con otros nodos de diferentes territorios y redes (TRIURBIR, RIET, CEEI Extremadura,…) que van conformando una singular Factoría de Innovación, una Comunidad de personas e instituciones que apuestan por la Innovación como motor de crecimiento económico (www.factorinnovation.eu), que se visibiliza en el término municipal a través del Directorio de Innovación de Cáceres.
Además, en materia de comercio, se ha desarrollado una plataforma web 2.0. que se encuentra en proceso de puesta en marcha, la cual permite de forma gratuita la promoción y comercialización de productos a las empresas cacereñas.
De entre los museos que pueden ser visitados en la ciudad, destacan: