Es la capital administrativa de la mancomunidad de La Vera, situada en el noreste de la provincia. limita con: Jarandilla de la Vera al este; Aldeanueva de la Vera al norte; Garganta la Olla al oeste; Jaraíz de la Vera y Collado de la Vera al sur yTalayuela al sureste.
Fue aldea del Sexmo de Plasencia hasta el 30 de mayo de 1806, cuando se le concedió el título de villa por real privilegio. Por el Decreto 300/1959, de 26 de febrero, se declara paraje pintoresco a Villa de Cuacos (Cáceres). Más tarde, en torno a los años 1960 “Cuacos de la Vera” cambió su nombre por el nombre “Cuacos de Yuste”.
En el que se ubica el Monasterio de Yuste, morada elegida por Su Majestad el Emperador Carlos I de España y V de Alemania. Cuacos de Yuste es Conjunto Histórico Artístico.
Patrimonio
Fiestas
La economía está basada principalmente en la agricultura y la ganadería. Destacando como zona de producción del pimentón con denominación de origen conocido como Pimentón de la Vera; tabaco, cerezas y ciruelas, quesos de cabra y oveja, aceites.
El turismo es también importante, debido a los monumentos históricos del lugar.
Palacio Monasterio de Yuste
El monasterio de Yuste data de 1402, cuando se construyó, un cenobio que posteriormente dio paso al actual edificio, el cual fue erigido con el objeto de continuar allí la vida contemplativa de los «ermitaños de la pobre vida», acogidos con posterioridad a la Orden de San Jerónimo. Actualmente, desde 2013, en el Monasterio residen Monjes Paulinos
En el año 1556 Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico decidió retirarse a algún convento para hacer en él vida monástica, eligiendo para ello el Monasterio de Yuste. Por esta razón tuvieron que realizarse numerosas obras para ampliar las escasas dependencias con las que el monasterio contaba en ese momento y que eran insuficientes para albergar al emperador y a las 60 o 70 personas con las que contaba su séquito personal.
El 21 de septiembre de 1558, murió Carlos V en la que fue su última morada. Fue enterrado en la iglesia para, con posterioridad, ser trasladados sus restos al panteón real del Monasterio de El Escorial, por expreso deseo de su hijo Felipe II.
En 1809, durante la Guerra de la Independencia Española, las dependencias del convento fueron incendiadas por las tropas francesas y quedaron prácticamente destruidas. En 1949, la Dirección General de Bellas Artes inició la reconstrucción del monasterio, procurando respetar al máximo el diseño y los proyectos originales.